George Bernard Shaw sostenía que las críticas sociales (tema que vengo desarrollando desde hace unos años como autor, pero desde el realismo) apoyadas en el humor, son tolerables para el común del público y las agradece, permitiendo instalar un tema sin herir susceptibilidades. Esa es la razón, por la cual, en esta oportunidad, apelo a la sátira para mostrar el comportamiento de un grupo de sujetos en relación a una situación de riesgo como es el de convertirse en rehenes del asalto a un banco. Nuevamente busco generar conciencia, desde el contenido de la historia, en la empatía del público, ya que se pueden ver reflejados en el comportamiento de un grupo de personas que, tranquilamente, podrían ser ellos mismos, para luego sí dar espacio a la reflexión.
Concepción estética de la puesta (criterios y dramaturgia)
La escenografía es funcional a los efectos de la reconstrucción del espacio del sector de cajas de una entidad bancaria pero el verdadero espacio a trabajar es el territorio que demarca cada personaje. A partir de ahí se construye la puesta. Dinámica, en cuanto a lo lúdico, hay acción física permanentemente, que llega a ser coral por la participación de todos. Ocho personajes que alternaran odios y amores en una despiadada lucha por sobrevivir. Parto de las emociones, y trabajo sobre la poética del actor, lo que da una enorme riqueza y singularidad a los trabajos. En este caso en particular, el humor nace y crece en las disputas de territorio. Esto da como resultado una visión dinámica de la obra y la dota de ciertas herramientas que posibilitan trabajar sobre un esquema, y sus posibilidades, que, en este caso, al tratarse de una obra no realista, permite un trabajo de búsqueda alejado de cualquier convención, potenciando la exploración de su propio lenguaje. El criterio dramatúrgico fue vinculante con el humor, ya que la crítica o la mera observación de conductas humanas se hace mucho más tolerable apelando a la comedia en cualquiera de sus formas, en este caso más próximo a una sátira absurda que a un grotesco. Si bien la obra está escrita, la premisa es enriquecerla con el aporte de los actores, en cuanto a sumar alguna nueva situación o textos de los personajes a partir de improvisaciones en las cuales ya se viene trabajando. Procedimiento, método de trabajo y desarrollo de la propuesta en el tiempo. El material propuesto es el resultado de un proceso individual, llevo escritas veinte obras de teatro en los últimos doce años, estrenadas siete, sería mi octava. En general mis obras tratan sobre temas sociales (tengo editado un libro con el apoyo del Fondo Metropolitano de las Artes y Ciencias, “Dramaturgia social”). En este caso en particular, más que una crítica, es un sátira sobre esa misma sociedad que me ocupa. El proceso de ensayo es de unos cuatro meses, tres veces por semana de tres horas, incrementándose la carga horaria próximo al estreno que estimo para fines del mes de Julio. Ya trabajé con algunos de los actores del grupo, a otros los vi trabajar, lo que me permitió hacer una elección que no surgió de un casting, sino del conocimiento y las posibilidades reales de los convocados para la propuesta. En esta primera etapa trabajo sobre improvisaciones que permiten corporizar a los personajes, en el sentido que los actores comienzan a darles identidad a partir de la historia que se crean, de sus palabras y conductas y así ir generando vínculos invisibles con el otro que se harán visibles a la hora de sumar el texto escrito. Una vez incorporado el texto, el trabajo tiene que comenzar a particularizarse, buscando explotar las posibilidades y capacidades de cada actor/personaje/situación. Luego se trabaja sobre el ritmo o el tiempo para dotar a la pieza de un registro vinculante a la elección del género, comedia satírica.
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